Una de las cosas más divertidas de los mapas es cuando son el pretexto para encontrarnos, para construir territorio común.
A partir de algunos intercambios en la lista de mapasrancheros (un grupo generado en el Rancho electrónico) nos reunimos para una pequeña velada de mapas con Leaflet .
El resultado:
No recuerdo bien cuando los vi por primera vez, pero si recuerdo que sentí mucho enojo, tanto que parecía algo desproporcionado, en apariencia sólo eran carteles para vender licores.
Con el tiempo, en vez de acostumbrarme a ellos seguía sintiendo molestia y cuando recorría sitios de la ciudad que no transitaba a menudo, a veces me sorprendía a mi misma buscando si había otros espectaculares que formaran parte de la misma campaña.
Todo se volvió más claro cuando estaba en una junta y una persona expresó que uno de los problemas en el feminicidio de Mara1 fue que la joven había ingerido alcohol, como si con ello hubiese consentido estar expuesta a la violencia, sentí mucha indignación y recordé los carteles.
Estamos ante la construcción constante de una cultura de la violación y del feminicidio. Esta propaganda que inocentemente bromea con la idea de haber conseguido tener sexo con alguien gracias a la ingestión de bebidas alcohólicas es resultado y contribuye a una cultura patriarcal en la que se ha normalizado el abuso sexual. Las empresas que vende los licores Torres 10 y Choro, así como la agencia de publicidad que hizo esta camapaña, deberían disculparse y sumarse a las campañas por el SI explícito.
Estos carteles trajeron a mi presente un mal recuerdo, habíamos ido a ver una película, después él sugirió ir a tomar una cerveza y comentar la excitante película de Almodovar, era mi mejor amigo y yo creía estar segura con él. No me di cuenta que él servía mi vaso con mayor frecuencia que el suyo, después de un rato nuestro estado claramente no era el mismo, pero yo me sentía segura, era mi amigo. En la noche me dijo que me quería y me dio un beso, yo no estaba segura si quería ese beso pero era agradable, después él susurró a mi oído que llevaba mucho deseando este momento y que éste día no pudo más, entonces a pesar de todo algo se aclaró en mi mente, él sugirió la película, las cervezas, llenaba el vaso todo el tiempo, él necesitaba alcohol para atreverse...yo no, y yo no lo había deseado, yo no le buscaba y yo no le quería, había traicionado mi amistad. Acabó la noche solo y nunca más hablé con él.
Con la suposición de que cualquier campaña publicitaria intentará estar colocada en sitios estratégicos para ser vista por un público predefinido fui con un gps con cámara a tomar las coordenadas geográficas de la ubicación de éstos carteles.
A partir de las coordenadas en el software Grass 2 tracé un buffer de 1000 mts de distancia a partir de la coordenada central. Después sobrepuse las coordenadas de escuelas primarias y secundarias3.
Finalmente puse las coordenadas de las escuelas que estaban dentro de este buffer en un script de Leaflet .
Existen 6 escuelas primarias y dos escuelas secundarias a menos de 1 km de distancia de esta propaganda, además de que es notorio que también está cerca la Universidad Autónoma de Puebla y uno de los parques más grandes de la ciudad, el "parque ecológico Revolución Mexicana".
Probablemente hace falta más que ver un cartel para creer que el ingerir alcohol autoriza la violencia, pero forma parte de la normalización de la misma. El SI explícito debería estar en nuestros códigos.